martes, 16 de marzo de 2010

Si te tomas un vuelo: compénsalo!



Plantar un árbol para compensar los daños que a veces ocasiona el Turismo y otras actividades:

El hecho de compensar implica un proceso de neutralización de tus emisiones de carbono compensándolas en otro sitio. Por ejemplo, pagar a una empresa para que plante un árbol en tu lugar y a cuenta del dióxido de carbono (CO 2) que has emitido en un vuelo. En teoría, durante su ciclo vital, el árbol absorberá el CO 2 que has producido, haciendo que tu vuelo sea una forma de transporte menos nocivo para el planeta y garantizando la reducción de tu huella de carbono.

Están de moda en América Latina las iniciativas para neutralizar gases invernaderos de actividades como la producción industrial, los viajes en avión o el Mundial de Futbol y, de paso, expiar las culpas de los contaminadores. Carbono Cero Contra el Cambio Climático es la consigna, en la mayoría de los casos, para atraer consumidores, usuarios, espectadores o turistas, a los que se ofrece sembrar árboles que capturan la misma cantidad de gases de efecto invernadero —como el dióxido de carbono— emitida por los clientes.

Proyectos como el brasileño Clickárvore http://www.clickarvore.com.br/ (en español “clicárbol”) y Neutralízate en México http://www.pronatura.org.mx/cambioclimatico/cambio_climatico.html , van más allá del simple intento de borrar algunas huellas ecológicas de individuos o empresas. Clickárvore es anterior a la actual ola de compensar el carbono emitido. El programa de la Fundación SOS Mata Atlántica, con apoyo del no gubernamental Instituto Ambiental Vidagua, y de la Editorial Abril, empezó en 2000 con el objetivo de recuperar el devastado Bosque Atlántico de Brasil. Cada clic en el sitio http://www.clickarvore.com.br significa un árbol plantado en el Bosque Atlántico. Ya se sembraron más de 16 millones de ejemplares, donados a 930 proyectos de reforestación en 350 municipios.

A los objetivos ambientales se incorporaron otros, sociales. Millones de plántulas requeridas, además de expandir negocios privados, permitieron crear cinco viveros comunitarios, para que organizaciones no gubernamentales y comunidades pudieran obtener sus propios ingresos y emplear a más trabajadores.

En México, la organización no gubernamental Pronatura promueve desde inicios de 2007 el programa Neutralízate, que está creando un mercado voluntario de carbono. Empresas, instituciones e individuos pueden compensar sus emisiones de gases comprando bonos para actividades de reducción de la deforestación y restauración de ecosistemas.

Los certificados adquiridos, que se pueden negociar en el mercado, representaban en mayo, al inaugurarse la iniciativa, la neutralización de 15,500 toneladas de dióxido de carbono y el pago de 150,000 dólares anuales a 10 comunidades indígenas pobres del meridional Estado de Oaxaca, contribuyendo también a combatir la pobreza.

Los ingresos mejoran la vida de esas comunidades, especialmente de las mujeres que son mayoría, y evitan más emigraciones a Estados Unidos, destacó. Las iniciativas de reforestación se multiplican en muchos países, de forma participativa o convencional. En Perú se inició en julio la plantación de 28 millones de árboles, uno por cada habitante del país, a partir de Manantay, distrito de la amazónica región de Ucayali, en el Este. El proyecto aúna esfuerzos de dos organizaciones no gubernamentales españolas, Iberoquipu y Sotermun, y distintos actores peruanos.

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